lunes, 12 de agosto de 2013

Mejor no tener que escoger. Better not have to choose.

Ayer en la zona de la piscina infantil, advertí a unas madres que debían de supervisar a sus hijos (todos entre 3 y 5 años) más estrechamente, en lugar de estar charlando entre ellas fuera de la línea de visión del vaso infantil. En un primer momento parecieron disgustadas por la advertencia, pero el disgusto se tornó en sorpresa y miedo cuando les comenté que el 80% de los niños que se ahogan lo hacen en ese rango de edades, y que debían poner en práctica lo que se conoce como «Supervisión Cercana«. Esto significa que los padres deben estar siempre al alcance de la mano de sus hijos, como mucho a la distancia de un brazo extendido cuando están dentro o cerca del agua. Una de las cosas más importantes que los padres han de aprender es que deben estar siempre con sus hijos en el entorno acuático.

No estoy seguro de que comprendieran realmente el alcance del problema, así que trataré de explicarlo de otra manera. Si no pones en práctica esta «Supervisión Cercana», te encontrarás con tres posible situaciones:

 

Una: El susto de tu vida.

De pronto, tu -o cualquier otra persona- te darás cuenta de que un niño está boca abajo o sumergido en el agua. El resultado puede ser tan sólo un susto o incluso llegar a necesitar supervisión médica, aunque los niños son más fuertes de lo que parecen y el suceso puede que no sea más que un serio recordatorio de lo que significa el concepto de «Supervisión Cercana».

Dos: Una familia rota.

Las estadísticas muestran que cuando un niño fallece ahogado, la familia tiene una alta probabilidad de romperse en los siguientes 5 años debido a la pérdida, la pena, los sentimientos de culpabilidad, e incluso los reproches entre los padres.

Tres: Te dolerán los brazos y te arderá el corazón.

Si un niño es víctima de un ahogamiento y sobrevive, hay una alta probabilidad de que sufra daño cerebral. Dependiendo de la severidad del daño, puede suponer desde dificultades cognitivas o de aprendizaje, daño neurológico o discapacidad severa que necesiten 24 horas diarias de cuidados médicos avanzados durante todos y cada uno de los días de su vida. En este caso, los brazos te dolerán de mover su cuerpo y el corazón te arderá cada momento de cada día.

Si no quieres que la Diosa de la Desgracia elija por ti: Vigila a tus hijos.

 

Luis Miguel Pascual

ESS Director Técnico-Docente

Quiero agradecer a John Connolly de The Lifesaving Foundation su amable revisión de la versión inglesa de este texto.

 

Better not to have to choose.

Yesterday, I advised some mothers at the children’s pool that they should supervise their children more closely, instead of talking out of their sight. They seemed to be unhappy with my advice, all the children were between 3 and 5 years, but they appeared surprised and frightened when I told them that 80% of child drownings were in that age range and they should practice «Touch Supervision«. This means parents should always be within an arm’s length when their children are in or around water. One of the most important things parents need to know is that you always stay with your child in the water

I am not sure they really understand the scope of the problem so I will try to explain it in another way – if you don’t take care of your children in or near water with «touch supervision», you have three possible outcomes.

One: The fright of your life.

Suddenly, you or someone else will realize that your child is face down in the water and will rescue him or her. The outcome could be just a fright or the need of some minor medical help. Children are usually stronger than we expect and it could fortunately be just a serious reminder of how important «touch supervision» really is. This means parents should always be within an arm’s length when their children are in or around water. One of the most important things parents need to know is that you always stay with your child in the water

Two: A broken family.

Statistics say that when a child dies the family has high probability of breaking up within the following 5 years due to loss, sorrow, guilt feelings or even blame.

Three: Your arms hurt and your heart burn.

If your child is involved in a drowning incident and survives, there is a possibility of brain damage. Depending on the seriousness of the damage, it could result in learning difficulties, epilepsy, or severe disability needing 24 hours advanced care, every single day of the child’s life. Your arms will ache from moving his body and your heart will burn every single moment of the day.

If you do not want the God of Misfortune to choose for you: Supervise Your Children.

 

Luis Miguel Pascual

ESS Technical Director

I am deeply grateful to Mr. John Connolly from The Lifesaving Foundation for his review of the English text.

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