Publicado en : El Mundo.Datos
IGNACIO CALLE – Madrid Actualizado: 06/09/2014 11:05 horas
126 personas han muerto ahogadas en España sólo en los meses de julio y agosto
El 80% de los casos de ahogamiento en niños se ha producido en piscinas privadas
La vigilancia y la precaución, medidas fundamentales para evitar los ahogamientos
Se acaba el verano, y con él la peor temporada para una de las principales causas de muerte en España. Sólo en los meses de julio y agosto al menos 126 personas han perdido la vida ahogadas en playas, piscinas, ríos y pantanos. Muertes, además, vinculadas en muchos casos a un despiste o un mal cálculo que podría haberse prevenido con medidas simples pero eficaces.
Los meses de julio y agosto, en plena temporada vacacional, acumulan normalmente un mayor número de casos de ahogamiento. EL MUNDO ha recopilado todos aquellos producidos en playas, piscinas, ríos, embalses y pantanos reflejados en la prensa nacional en estos dos meses.
De ellos se extrae, por ejemplo, que el 80% de los menores de 14 años que se han ahogado han perdido la vida en piscinas, algo que, según la Asociación Española de Pediatría, en la mayoría de los casos podría haberse evitado. Según un estudio realizado en 21 hospitales de España en los veranos de 2009 y 2010, la mayoría de los ahogamientos de niños «ocurrieron de tarde, en piscinas privadas y desprotegidas» y en ellos se repite un desastroso patrón: los niños no sabían nadar, no llevaban flotador y no estaban vigilados.
«Las piscinas privadas son el sitio más sangrante para los menores», asegura Luis Miguel Pascual, director técnico de la Escuela Segoviana de Socorrismo, que junto con la Asociación Española de Técnicos en Salvamento Acuático y Socorrismo (AETSAS) realiza un estudio epidemiológico sobre los ahogamientos en España. «La gente no se da cuenta de que tú dejas a tus niños jugando en casa al lado de la piscina, entras en casa porque suena el teléfono y cuando vuelves, que ha pasado minuto y medio, tu hijo lleva un minuto debajo del agua. Y si no te das cuenta porque vienes hablando por el móvil y hablas durante otro minuto, ya lleva dos minutos. Y en dos minutos, a lo mejor, ese niño ya no sale o le queda alguna secuela».
A diferencia de los niños, un 63% de los adultos ha perdido la vida en el mar, frente al 18% que ha fallecido ahogado en piscinas. Entre los numerosos factores que influyen en este tipo de accidentes se cuentan la edad y el sexo. «Los hombres tienen un índice de ahogamiento superior al de las mujeres debido, básicamente, a dos razones: personalidad y la creencia de dominio acuático», explica Pascual.
Las personas mayores son las que más se ahogan. Imprudencias, exceso de confianza o faltas de atención suelen estar detrás de la mayoría de los fallecimientos. En los adolescentes, además, «entran muchas otras circunstancias: se junta la edad del adolescente, su rebeldía, el consumo de sustancias, el grupo, la presión de los amigos…», relata el doctor Santiago Mintegi, coordinador del Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones no Intencionadas en la Infancia de la Asociación Española de Pediatría. Por ello, antes del verano, la Policía Nacional, con la colaboración de la olímpica Mireia Belmonte, puso en marcha la campaña ‘Tu seguridad es lo primero, también en el agua’ con el objetivo de que los jóvenes y los padres de los más pequeños extremasen la precaución en playas, piscinas y otras zonas de baño.
Para niños y adolescentes el agua se ha convertido en uno de sus principales enemigos. Sin embargo, el caso de España no es único. Según el último informe elaborado por la Alianza Europea para la Seguridad Infantil realizado en 31 países, los «ahogamientos son la segunda causa de muerte por lesiones no intencionales en niños y adolescentes en la Unión Europea».
Un cambio de legislación y de cultura
«Desgraciadamente, es esperable que de vez en cuando veamos noticias de niños ahogados en piscinas privadas, desde el momento en el que no existe una legislación que obligue a una serie de medidas preventivas que se han demostrado eficaces en las piscinas públicas», afirma Mintegi. La Asociación Española de Pediatría insiste en que el fallecimiento en piscinas privadas podría disminuir «hasta en un 95% con el simple vallado reglamentario de las mismas existente hoy en día para piscinas comunitarias».
España es uno de los siete países europeos que obliga a establecer un cercado alrededor de las piscinas públicas por ley. Otros, como Bulgaria, Italia, Noruega o Francia han implementado además una legislación que obliga el cercado de las piscinas privadas. La Asociación Nacional de Seguridad Infantil señala que «en Francia la entrada en vigor de la Ley Raffarin en el año 2003, con la obligación de vallado de todas las piscinas públicas y privadas, han visto como los niños fallecidos por ahogamiento en piscinas se han reducido en un 75%».
Pero el cercado no puede sustituir nunca a la supervisión. Para la Asociación es fundamental «la vigilancia de cualquier niño que se encuentre próximo a cualquier entorno acuático, bien sea piscina, bañera, playa, cubos con agua, etc.», y recomiendan también que los menores usen flotador, asistan a clases de natación y aprendan habilidades de supervivencia en el agua y de maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
Todas estas medidas van destinadas a prevenir situaciones como las vividas este verano. En los meses de julio y agosto, ocho niños han perdido la vida en piscinas privadas. Si se hubiese podido impedir estas muertes, se habría evitado el 80% de todas las víctimas mortales menores de 14 años por ahogamiento.
En esta misma línea, Mintegi asegura que la situación actual de los ahogamientos en España «requiere una intervención del Estado, no una intervención coercitiva, sino educativa». En su opinión, «de la misma forma que se ha legislado que los niños tienen que ir con dispositivos de seguridad en los vehículos, teniendo en cuenta que los ahogamientos son la segunda causa de mortalidad, algo habría que hacer. Tiene que haber un cambio de cultura, una concienciación de la ciudadanía».
Al igual que Mintegi, el director de la Escuela Segoviana de Socorrismo señala las campañas de la Dirección General de Tráfico como el modelo a seguir: «La campaña de seguridad vial en España es modélica. El Gobierno lleva 30 años machacando con fantásticas campañas de tráfico y, a lo mejor, deberían meter algo de dinero en esto». Para Pascual, «desde los 10 años, incluso antes, las técnicas de reanimación deberían ser materia de escuela. Un niño de cuatro años debería saber llamar al 112 y decir: ‘Mi madre está mal'».
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad recuerda que las competencias en materia de salud pública están transferidas a las comunidades autónomas: «Una campaña institucional no se puede hacer si las comunidades autónomas tienen las competencias. No es que no se quiera, pero también tenemos un presupuesto determinado en relación con este tipo de campañas».
Sin embargo, recuerda también que «el ministerio pone a disposición de los ciudadanos información, recomendaciones, el decálogo del nadador que está colgado en la web, etc., y no va a dejar de promover y hacer actividades en la medida de sus posibilidades».
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